Reflexiones y algunas cosas para vender

Hace unos 4 años que era víspera de día de la madre y mi marido (que para estas cosas es un desastre), no me había comprado nada. Antes de volver a casa, le dije que se detenga en un centro comercial para comprarme algo para que los peques pudieran darme al otro día, que a ellos esas cosas les hace mucha ilusión. No tenía ni idea de lo que quería, así que entré con la tarjeta en la mano, y un filtro para no caer en la tentación de lo primero que me quisieran vender en ese lugar. Los cúmulos de gente me ponen muy nerviosa, por lo que suelo evitar estos sitios, sobre todo los sábados por la tarde noche. Así como entré y vi ese hormiguero, tenía ganas de ponerme las manos en la cabeza y empezar a los gritos, como el protagonista de "Mi nombre es Khan" cuando se acerca el tranvía. Así que levanté la cabeza, ví una máquina de coser en oferta, me la puse debajo del brazo, pagué y huí de allí rápidamente. Fue una compra compulsiva, hasta entonces mis experiencias con la costura (a mano) habían sido nefastas, pero tampoco lo había intentado "en serio". Y estuve practicando un tiempo, manual en mano, haciendo lo que se me ocurría. Recuerdo que le hice una falda a mi hija "a ojo" que la lució con mucho orgullo mucho tiempo. Hasta que en el pueblo donde vivo, anunciaron un curso de iniciación a la costura a máquina de 4 clases. Y desde entonces fue una función exponencial. Descubrí un mundo que me apasiona, junto con el patronaje, que estoy haciendo un curso online y me encanta, ya que mezcla las matemáticas y el diseño, y todo lo que siempre soñé (os dije alguna vez que de chica soñaba con ser arquitecta?). Pues aquí estoy, comiendo blogs, tutoriales, y culpándome a veces por aprender más de lo que hago y viceversa, e intentar organizar los minutos que se evaporan cuando uno los invierte en algo que le gusta. 

Y a qué viene todo esto? A que voy haciendo cosas que me gustan, voy teniendo una colección de cosas de cara a un mercadillo que se hace cerca de casa en navidad, y tengo un grupo de amigas que me incentivan para que me arme un catálogo online. A veces me da un poco de corte, porque viendo las cosas que hacen otras blogueras, no me veo muy a la altura. Pero de a poco voy evolucionando y voy pasando la prueba de que mis hijos testeen la ropa hecha por mí, y gusta y aguanta, y es todo una prueba de calidad. Y si a esto le sumo la posibilidad de obtener algún ingreso extra para ayudar a la economía del hogar, que entre 3 hijos, 4 gatos y 2 gallinas, pues tampoco me voy a cerrar la puerta. 

Así que mientras busco cómo se hace un catálogo online, aprovecho para mostraros mis últimas creaciones, pantalón de bebé y gorrito, todo talle recién nacido, el precio es de 20 euros y se envía a cualquier parte.